MITOLOGÍA UNIVERSAL Capítulo 12, XIII Parte
Acaeció, sin embargo, que uno de los que iban en el desdichado grupo, de nombre Euríloco, no había entrado en el palacio de Circe, por temor a los leones, lobos y perros amaestrados, que allí se hallaban; oigamos el relato por boca del propio Odiseo:
"Euríloco volvió sin dilación al ligero y negro bajel, para enterarnos de la aciaga suerte que les había caído a los compañeros. Más no le era posible articular una sola palabra, no obstante su deseo, por tener el corazón sumido en grave dolor; los ojos se le llenaron de lágrimas y su ánimo únicamente pensaba en sollozar. Todos le contemplábamos con asombro y le hacíamos preguntas, hasta que por fin nos contó la perdida de los demás compañeros".
Después de reflexionar durante unos instantes, y una vez que hubo escuchado con gran perplejidad y atención el relato del compañero huido, Odiseo decide internarse por el frondoso valle, a la busca del palacio de Circe. Su intención es rescatar a los compañeros y obligar a la hechicera a deshacer el maleficio que sobre ellos pesa.
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