LAS SERPIENTES DE HERA

MITOLOGÍA UNIVERSAL Capítulo 8, VIII Parte

La ira de Hera se hace extensiva, también, a héroes y a personajes legendarios, tales como a Hércules y a Paris.

El primero fue castigado por Hera en cuanto la celosa diosa tuvo noticia de que Zeus era su padre. Este, conociendo la fidelidad que Alcmena (esposa de Amfitrión, el cual había conseguido ser su esposo debido a que fue capaz de vengar la muerte de los hermanos de Alcmena) guardaba para con su valeroso marido, y prendado de su hermosura, una vez que hubo tomado la apariencia de un esposo tan afortunado, mandó que la noche se prolongara por espacio de tres días completos. El poderoso Zeus, padre de los dioses y de los hombres, estuvo en compañía de la bella Alcmena hasta el cuarto día en que ya el sol salió de nuevo.

Cuando ya Anfitrión volvía para consumar su matrimonio, observó que su hermosa mujer se comportaba como si ya le hubiera visto apenas unos instantes antes. Extrañado por semejante actitud, y después de yacer con ella, se encaminó hacia la morada del adivino Tiresias con el propósito de hallar una sabia respuesta a su persistente sospecha.

El anciano ciego disipó, con sus explicaciones acertadas, toda duda que el valeroso Anfitrión pudiera aún albergar respecto al posible comportamiento desviado, por así decirlo, de su hermosísima esposa Alcmena. Esta, durante la ausencia de aquél, había tenido relaciones con otra persona. Mas lo que no podía sospechar el dolido Anfitrión era que la identidad del acompañante de su esposa corresponda al propio Zeus; el rey del Olimpo había realizado otra de sus osadas tretas para conseguir los favores de una mujer bella.

Lo cierto es que Anfitrión, lleno de contenida ira, decidió castigar a su esposa de forma contundente. Pretendió quemarla en una hoguera, pero después de varios intentos no consiguió encender fuego alguno pues, en el momento en que las brasas se disponían a arder, una lluvia torrencial lo impedía. El furioso y despechado esposo refrenó su ira ante semejante señal venida del cielo y perdonó a su mujer, pues, a su entender, estaba claro que el dios del trueno y de la lluvia —es decir, el propio Zeus— tenía algo que ver con el asunto de marras.

De los dos gemelos que Alcmena dio a luz —uno fue hijo de Zeus y el otro, que nació una noche después, tuvo por padre a Anfitrión— sólo sobrevivió uno que, con el tiempo, alcanzaría la categoría de héroe. Se trata de Hércules/Heracles quien ya dio pruebas de su fuerza en cuanto acababa de nacer. En este sentido, cuentan las crónicas que Anfitrión había introducido en el dormitorio de los gemelos dos serpientes con el propósito de conocer la identidad de cada uno de ellos. Mientras el hijo del dios, el héroe Hércules, se enfrentó a los reptiles y los ahogó, el hijo de Anfitrión se arrojó por una ventana.

Otras versiones explican que fue la vengativa Hera quien introdujo dos enormes serpientes en la alcoba de los gemelos para, de este modo, acabar con el fruto de su propia deshonra. Además, fue esta misma diosa quien impuso a Hércules el castigo conocido por los doce trabajos del héroe. El primero de ellos consista en estrangular, apenas nacido, a dos serpientes; cosa que hizo Hércules con cierta facilidad. Los restantes castigos o trabajos fueron de tal magnitud que la diosa Hera no pudo por menos que perdonar al héroe Hércules. Incluso le dio a su hija Hebe por esposa.

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