LA OPORTUNA INTERVENCION DE AMIMONE

MITOLOGÍA UNIVERSAL Capítulo 18, XV Parte

La maldición de Poseidón se realizó inmediatamente después de haber sido formulada, no en vano era el señor de todas las aguas, ríos grandes y pequeños incluidos. Se retiraron las aguas de los tres ríos, se quedó seca la tierra de la Argólide en aquel mismo momento del estío y la tierra, que había sido vergel modelo, estaba condenada a la muerte total. Hera seguía siendo señora de un trozo de tierra, pero pronto sería tan sólo la Argólide una roca pelada y muerta; para eso mejor hubiera sido cederla al usurpador. Era tarde para arrepentirse de lo sucedido, ya se marchaba el dios perdedor, dejando atrás la prueba fehaciente de su desleal comportamiento, aliando la gentil Danaida Amimone, tratando de corregir la desventura de su tierra, se puso ante él, haciéndole notar a las claras su belleza y la posibilidad inmediata que tenía de saciarse con su apetecible corporeidad. La maniobra dio el esperado fruto, y los siempre despiertos apetitos sensuales del voraz Poseidón se vieron tan gratamente satisfechos que el dios no levantó su castigo, para no quedar en evidencia, pero remedió su mal proceder con la compensación de que el río Lerna, por contra, nunca se quedara seco, aun en los veranos más calurosos del Mediterráneo. El sacrificio de Amimone bastó para salvar a la Argólide de la sequía y para acabar con la peligrosa manía del dios, ya que nunca jamás se volvió a contar que Poseidón retomara la obsesión de dedicarse a enfrentarse con los demás dioses, olvidándose para el resto de la eternidad de sus inanes cuitas por la posesión violenta de las tierras en las que reinaban o residían algunos de los otros grandes dioses del Olimpo y sus dependencias.

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