EL ARTE DE HEFESTO/VULCANO

MITOLOGÍA UNIVERSAL Capítulo 14, VIII Parte

El relato continúa con la misma carga de lirismo que todo lo hasta aquí expuesto:

"Representó luego un rebaño de vacas de erguida cornamenta: los animales eran de oro y estaño y salían del establo mugiendo para pastar a orillas de un sonoro río, junto a un cimbreante cañaveral.

Hizo también "el ilustre cojo de ambos pies" un gran prado en hermoso valle, donde pacían las cándidas ovejas, con establos, chozas con techo y apriscos.

Representó, a continuación, a un grupo de mancebos y doncellas ejecutando un hermoso baile; éstas llevaban livianos vestidos de lino y aquéllos se cubrían con hermosas túnicas. Un divino aedo cantaba, acompañándose con la cítara...

En la orla del sólido escudo representó la poderosa corriente del río Océano.

Después que construyó el grande y fuerte escudo, hizo para Aquiles una coraza más reluciente que el resplandor del fuego; un sólido casco, hernioso, labrado, con la cimera de oro, que se adaptara a las sienes del héroe...

En cuanto Hefesto le entregó las armas a Tetis ésta saltó, como un gavilán, llevando la reluciente armadura que el ilustre Cojo había construido. Y, así, llegó hasta el lugar en el que su hijo velaba al compañero muerto. Con gesto complaciente, le entregó la preciada carga. Las armas labradas produjeron un ruido metálico que asustó a todos los presentes; excepto al valiente héroe que, ensimismado, se dispuso a contemplar la reluciente armadura.

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