DESCRIPCION DEL PERSONAJE

MITOLOGÍA UNIVERSAL Capítulo 22, II Parte

La hermosa Iris, aparte de estos datos sucintos sobre su misión y sus atributos visibles, no tiene unas características propias que la conviertan en una diosa conocida y reconocida. En cuanto a su representación, nunca contó con un gran repertorio de personalizaciones o imágenes definidas, incluso a veces es fácil, hasta para el erudito, que sea confundida con otras divinidades aladas similares, a no ser que medie otra señal externa que pueda hacer comprender que estamos ante la bella y rápida Iris. Hasta su historia está escrita al fondo de las grandes hazañas de dioses y héroes, siempre ayudando con denuedo a los grandes personajes olímpicos a salir de dificultades. Por todo ello, Iris es una excelente auxiliar, una divinidad de muy necesaria existencia para la supervivencia del Olimpo mismo. Iris era una diosa feliz a pesar de estar en segunda fila, una de las muchas divinidades menores que se encontraban satisfechas de poder ser útiles a los doce grandes dioses, sin quejarse jamás de la misión que les tocaba, ni plantearse siquiera otra forma de ser o estar en la corte celestial. Estas divinidades, exclusivamente nacidas para trabajar en el servicio de la corte celestial, sabían que debían limitarse a obedecer todas las órdenes que los grandes dioses quisieran dar, y cumplir con exactitud todos los recados que tuvieran a bien mandar, porque ese era su feliz destino, y por ello estaban libres de las rivalidades y enfrentamientos surgidos de las envidias y los rencores que, con tanta frecuencia, se producían entre los doce. Los servidores aparecían cuando se les necesitaba y cumplían al pie de la letra lo ordenado, nada más.

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