MITOLOGÍA UNIVERSAL Capítulo 14, VI Parte
El gran cantor Homero nos relata, de forma lírica, el encuentro de Tetis y Hefesto/Vulcano, y las súplicas que ésta le dirige para que su amado hijo Aquiles cese en su cólera:
"Tetis llegó al palacio imperecedero de Vulcano, el cual brillaba como una estrella, lucía entre los de las deidades, era de bronce, y lo había edificado el "Cojo" en persona".
Después de esta descripción, el insigne poeta nos relata el resto de los avatares que tendrán lugar a propósito de la petición y la visita de Tetis a Hefesto/Vulcano. La primera le suplica al segundo en los siguientes términos:
"Yo vengo a abrazar tus rodillas por si quieres dar a mi hijo, cuya vida ha de ser breve, escudo, casco, grebas ajustadas con broches y coraza; pues las armas que tenía las perdió su fiel amigo al morir a manos de los teucros, y Aquiles yace en tierra con el corazón afligido".
A sus palabras, acompañaba Tetis aflicción y llanto incontenibles. Hefesto le respondió con la intención de tranquilizarla:
Al momento se dispuso a trabajar y, "dejando a la diosa se encaminó hasta los fuelles, los volvió hacia la llama y les mandó que trabajaran. Estos soplaban en veinte hornos, despidiendo un aire que avivaba el fuego y era de varias clases: unas veces fuerte, como lo necesita el que trabaja de prisa, y otras al contrario, según Hefesto lo deseaba y la obra lo requería".
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