APOLO - LETO (MADRE DE APOLO)

MITOLOGÍA UNIVERSAL Capítulo 10, I Parte

El origen y nacimiento del dios Apolo se halla rodeado de un halo legendario que se presta a ser descrito por los cantores de mitos de una manera bastante lírica.

Se decía de él que conducía el carro del sol, con lo cual se quería indicar que era la deidad de la luz y de la claridad. Y, también, que había sido traído al mundo por su madre Leto en una lejana isla de nombre Delos (= "brillante"). Después de recorrer lugares y sitios en los que sus gentes la acogieran para dar a luz, Leto, perseguida por la celosa diosa Hera, por haber accedido aquélla a las pretensiones afectivas de Zeus, arribó a una isla hasta entonces móvil y errática. Según cuentan las leyendas, en el único árbol de su terreno yermo, se agarró Leto para aguantar los dolores del parto, los cuales le duraron nueve días. De este modo nacieron Apolo y su hermana Artemisa/Diana.

Desde entonces, la isla quedó para siempre fijada en el lugar exacto en el que acogió a Leto y su hermoso fruto, ya que el poderoso Zeus, padre de las criaturas, construyó unas hermosas y profundas columnas mediante las cuales aquel terreno quedó para siempre amarrado al fondo de los mares. Y convertido, además, en uno de los más idílicos lugares que imaginarse pueda la mente humana, ya que su arquitecto y hacedor fue el gran Zeus, rey del Olimpo y de cuantos en él habitan. Nunca más la oscuridad cubriría el cielo que limita la isla de Delos, denominada, a partir de entonces, la "brillante". Y es que en ella no sólo habían estado todas las deidades del Olimpo para ser testigos del nacimiento de Apolo, sino que, además, éste, considerado como la verdadera luz y el mismo Sol, vino al mundo en tal recóndito y, hasta entonces, desconocido lugar.

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