ZEUS SE CONVIERTE EN RIVAL DE CRONOS

MITOLOGÍA UNIVERSAL Capítulo 7, III Parte

Creció el hijo escondido hasta hacerse todo un gentil muchacho; pero no era su programa el de hacerse un hombre por su cuenta, antes tenía que realizar su parte en la tragedia, ese papel tan de dioses y héroes de la leyenda, el de vengador de sus devorados hermanos. Con la ayuda de Rea, el buen mozo entró al servicio del padre, como copero de su confianza; en su copa puso el brebaje preparado para el dios déspota e infanticida y éste vomitó la piedra que fingió su cuerpo, y, tras ella, a sus tres hermanos.

Estaban todos los hermanos resucitados y reunidos y ese era el momento de hacer una alianza para terminar con el poder de Cronos. Zeus debía encabezar la lucha y, puesto que tan bien había librado su batalla, él les conduciría contra el viejo y odiado Cronos, quien nombró al gigante Atlante como jefe de sus huestes. Diez años habría de durar tan singular guerra; diez años en los que no parecía decantarse la victoria hacia ninguno de los bandos enfrentados.

Gea, la Madre Tierra, que ya había sido esencial en la operación de salvamento del niño Zeus, fue quien decidió la suerte final. Comunicó a Zeus la clave estratégica: liberar a Cíclopes y gigantes de su cárcel del Tártaro. Los Cíclopes habían sido prisioneros en el Tártaro, por rebeldía ante Urano y después fueron liberados por Cronos para que lucharan de su lado en la nueva y definitiva batalla contra Urano. Tras ganar el combate, Cronos decidió quitarse del medio a tan poderosos y aguerridos aliados y los volvió a arrojar a la prisión sin esperanza del Tártaro. Zeus, matando a la carcelera Campe, apoderó de las llaves y puso en libertad a los tres Cíclopes, y a los tres gigantes de los cien brazos, pero —además— recibió el regalo del rayo, mientras que su hermano Hades recogía el yelmo de la invisibilidad y Poseidón su tridente. Con el casco puesto, el invisible Hades pudo llegar hasta Cronos, quitarle las armas y esperar a que se acercara Poseidón, amenazador con su tridente. Cuando Cronos trataba de defenderse del amagado ataque de Poseidón, Zeus atacó con el rayo y dio con Cronos por los suelos. A su vez, los tres gigantes de los cien brazos se lanzaron contra los Titanes, y el ejército enemigo se dio a la fuga y el único resistente, Atlas, salvó la vida, pero quedó condenado a sostener el Universo todo sobre sus hombros, por el resto de la eternidad.

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