ZEUS EN MANOS DE LAS NINFAS

MITOLOGÍA UNIVERSAL Capítulo 7, II Parte

Tras pasar por Creta y el monte Egeo, el niño fue entregado a tres ninfas, Adrastea, Amaltea e Io, se hicieron cargo de él y por ellas fue criado. Amaltea se encargó de amamantarlo, personalmente o con ayuda de una cabra, cosa que no queda clara, ya que el mito varia con los tiempos y con los autores, pero sí es seguro que esa maternidad por delegación fue ejemplar, y la prueba está en que a Amaltea, su hijo de leche Zeus siempre la recordó y honró especialmente.

El niño Zeus estaba protegido por las tres ninfas, quienes lo situaron en una cuna pendiente de las ramas de un árbol; tal emplazamiento servía a las mil maravillas para ocultar su presencia, ya que no estando ni en la tierra ni en el cielo ni en las aguas del mar, difícilmente podría dar con él su obcecado padre, que tenía —necesariamente— que hallarlo en alguno de esos tres planos, de acuerdo con la tradición.

Pero no estaban solas las ninfas, les acompañaban otros hijos de Rea, los Curetes, quienes protegían como guerreros la vida del niño y, con el estrépito de sus armas y escudos, evitaban que se filtrase el llanto de la criatura, marcando su presencia en la cueva de Dicte, lo que hubiese dado al traste con todo el complicado plan de seguridad montado por Rea.

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