VENUS, EN DEFINITIVA, COLOCA A ENEAS EN ROMA

MITOLOGÍA UNIVERSAL Capítulo 15, XV Parte

Se podía seguir desvelando el trayecto, hasta que los troyanos rinden viaje, pero digamos que es mejor resumirlo en dos puntos: su tesón y la constante protección de la Venus tutelar. Eneas acaba casándose con Lavinia y de ellos va a brotar la luenga estirpe inmortal de los latinos. Por eso Venus, entre los suyos, perdió el carácter juguetón, caprichoso y sensual que había tenido como Afrodita y pasó, de ser una divinidad primaveral menor, a establecerse como esa matrona tan profundamente romana, como modelo de la mar parte de la nueva sociedad en alza. También, aparte de haber sido madre del fundador, Venus supo arreglar la pendencia abierta entre romanos y rabinos, siempre en esa nueva línea de las divinidades transplantadas a Roma, en la que la prudencia política y la buena vecindad parece estar antes que cualquier otra consideración. Recordemos si no la moderada intención de Marte en las puertas de Roma, rechazando a los rabinos con un truco geológico, en lugar de sojuzgarlos sangrientamente con ayuda de sus mortales armas, como hubiera hecho su predecesor Ares en el terreno propio de la mitología griega. No es de extrañar, pues, que Venus escalase la más alta gloria civil en una sociedad que lo era eminentemente, a pesar de su imponente y básico componente militar; la figura renovada de Venus era un pilar fundamental en el ámbito latino, y una buena prueba de ello es el hecho de la maniobra divinizadora realizada por Julio César, quién buscando aún más elementos favorables para justificar y respaldar su ascenso al poder supremo y asegurarse su afianzamiento, no dudó en auto nombrarse descendiente de esa Venus ejemplar, arrastrando también el culto público de la diosa madre a su más elevado nivel oficial.

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