UNA PIEDRA POR TESTIGO

MITOLOGÍA UNIVERSAL Capítulo 12, VI Parte

No todas las versiones coinciden en afirmar la maestría y perfección con que llevó a cabo su robo Hermes/Mercurio. Según algunos relatos mitológicos, hubo un testigo de tan premeditado hurto.

Los hechos son narrados por el gran cantor Ovidio quien, basándose en "La Odisea" del insigne Homero, expresaba con detalle tan singular episodio a raíz de la transformación y metamorfosis de la hija del Centauro Quirón. He aquí el expositivo relato:

"En vano lloró Quirón el infortunio de su hija ante ti, ¡oh Apolo!, no atreviéndose él sólo a arrostrar el misterio del Destino... Mas, por aquel entonces, tú andabas muy interesado en una aventura amorosa. Portabas una zamarra de pastor y un cayado y una flauta, y apacentabas el ganado de los dioses en los risueños campos de Mesena. Pero, soñando amores que concertabas con una dulce musiquilla, no te diste cuenta de cómo los novillos se te alejaban perdiéndose. Se aprovechó Mercurio de tu sueño para robarte el ganado y esconderlo en las entrañas mismas de la Tierra sin que se diese cuenta sino una persona: el viejo pastor Bato, que guardaba las yeguas del rey Neleo.

Mercurio, atemorizado de este testigo, se le acercó y le habló así: "Amigo mío: si cualquiera pasase por aquí y te preguntara si habías visto este ganado, dirás que no. En premio de tu mentira te voy a recompensar con esta hermosa becerra. Tomando el regalo, respondió Bato: "Podéis iros con tranquilidad. El secreto que me habéis confiado lo sabrá únicamente esta piedra".

Simuló Mercurio irse y, al poco tiempo, transformado, apareció de nuevo, preguntando al viejo pastor: "Buen hombre, ¿habéis visto pasar por aquí una recua de vacas y novillos? Yo os ruego que me lo digáis. No debéis favorecer con vuestro silencio a quien me los ha robado. Si me decís la verdad, he de regalaras una vaca y un toro". El viejo, considerando que se le ofrecía premio doble, no tuvo inconveniente en la traición: "Vuestro rebaño se encuentra por los alrededores de esta montaña". Mercurio, airado, le dice: "Me has traicionado, viejo fementido. Has querido jugar doblemente. Pero voy a convertirte en la dora piedra que, según tú, sería la única conocedora de mi hurto".

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