OTRAS ACTUACIONES DE LAS MUSAS

MITOLOGÍA UNIVERSAL Capítulo 22, XIV Parte

En la trágica muerte de Orfeo, las Musas son quienes se apiadan de su asesinato a manos de Dioniso, y también son ellas quienes se encargan de recoger sus destrozados restos con cuidado exquisito, para enterrarlos donde les corresponde estar, junto al sagrado monte Olimpo, como un último homenaje al que fuera Orfeo en la tierra. También las Musas están presentes con su dolor en las largas y dolorosas exequias de Aquiles, que duraron diecisiete días con sus diecisiete noches, como requería la grandeza del héroe al que se lloraba. En otras ceremonias mucho más gozosas, como lo fueron las bodas de Aristeo, el joven hijo de Apolo y de Cirene, o la más nombrada de Tetis y Peleo, también estaban ellas, las dulces y cariñosas Musas, rubricando con su presencia la alegría de la celebración, estando junto a los dioses en sus horas de regocijo, cuidando amorosamente de sus pupilos, preocupándose de que a sus protegidos nada les faltara, antes, durante y tras la ceremonia. En otros momentos culminantes de la mitología, vuelven las Musas a ser citadas muy especialmente, como cuando se cuenta la aventura tan trágica de Edipo, a quien la Esfinge propone un enigma aprendido de ellas, y que versa aparentemente sobre la identidad de un muy extraño ser, que resulta ser alguien bien próximo a Edipo y a cualquiera de nosotros mismos, ya que de describir crípticamente al ser humano se trataba en ese acertijo.

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