LICURGO NO ES TAN FACIL ENEMIGO

MITOLOGÍA UNIVERSAL Capítulo 20, VIII Parte

En Tracia, pisando ya el suelo de Europa, y tras haber recuperado la lucidez arrebatada por Hera en manos de la abuela Rea, Dioniso empieza a comprender la razón de sus actos y el origen de toda su desenfrenada aventura militar. Pero en esa tierra el ejército de Dioniso se iba a topar con un enemigo muy peligroso, con Licurgo, el poco amado rey de esa tierra tan dura y hostil. Licurgo supo engañar a la curtida tropa, haciéndola caer en una emboscada, dejando a Dioniso solo y sin defensa posible ante él, que le atacaba con su hacha de doble hoja, dispuesto a acabar con su aventura militar. Dioniso se dio cuenta de que habían cambiado las tornas y ya no podía contar con sus huestes de sátiros y ménades y no tuvo más remedio que abandonar el campo de batalla y huir hacia el mar para salvarse, como fuera, del que podía ser el último ataque de su peligroso y astuto enemigo. En la morada de Tetis halló escondite el asombrado Dioniso, todavía sin reponerse de la sorpresa dada por Licurgo a su tropa. De nuevo, la buena abuela Rea llegó en ayuda de su nieto y consiguió liberar a sus originales soldados, al tiempo que ponía al rey Licurgo en el temible territorio de la locura, con esa repetida manipulación que los dioses hacen de las mentes de los mortales. El rey perdida la razón, utilizó la terrible hacha contra su hijo, tomándole por una cepa, por esa planta representativa de Dioniso, y como tal, fue podando los miembros de su hijo Driante, como una burla de su afán por acabar con el dios, Dioniso salió de su escondite marino y se encontró con la liberación de sus gentes, con la muerte cruel del hijo del loco rey y con una tierra maldita por la inocente sangre vertida en la muerte de Driante. Ante la desesperación de los tracios, el dios se apiadó de su desventura, y les prometió que se repararía el daño causado por Licurgo con la maldición de las diosas. Bastaba, para que la tierra volviera a ser fértil, que se lavase con la sangre culpable de Licurgo.

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