LA OTRA HISTORIA DE PALAS ATENEA

MITOLOGÍA UNIVERSAL Capítulo 9, IV Parte

También hay quienes proclaman que Atenea era hija del gigantesco y zoomórfico Palas, un ser poco agraciado, que tenía alas y cuerpo de cabra, como un sátiro volador. Sátiro debía ser el pretendido padre, pues intentó llegar a mayores con su criatura, sin contar con que la hija era ducha en el combate, aunque fuera contra padre tan desnaturalizado, y no sólo se quitó de encima a tan desagradable pariente, sino que lo desolló y con su piel de cabra se hizo su bolsa, poniéndose como adorno, sobre sus hombros, las alas del derrotado e incestuoso violador. Parece que este mito es más bien un producto libio, como el de la diosa Neith. A veces se dice que Poseidón era el padre, pero que Atenea, poco contenta de tener tal progenitor, un día, decidida, se fue hacia el supremo Zeus y le pidió ser adoptada por él, cosa que hizo sin dudar el buen dios y tío carnal; a partir de esa adopción, el resto de la historia se mantiene en las líneas generales del mito clásico. También se narra la pugna entre Poseidón y Atenea por el patrocinio de Atenas. La disputa llegó a convertirse en cuestión de Estado en el Olimpo y terminó en votación entre los dioses, para ver a quien se adjudicaba su tutela. Al recuento de los votos, se vio rápidamente que los dioses apoyaban a Poseidón y las diosas a Atenea. En esa votación sexista, ganó la mayoría de mujeres divinas por un único y definitorio voto, y Atenea se quedó a perpetuidad con la codiciada plaza. Lo que sí es una constante en mitología es el enfrentamiento entre Atenea y Poseidón, sea como sea la historia que se tome como referencia, y la justificación de que, con esa excusa pretendidamente religiosa, la ciudad de Atenas decidiera que las mujeres de la tierra ateniense quedaran sin derecho a voto, no fuera que otra nueva consulta terminase con su victoria.

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