LA MISERICORDIA LLEGA CON LA MADUREZ

MITOLOGÍA UNIVERSAL Capítulo 9, XI Parte

A pesar de su pasado, de su aparición sobre la faz de la tierra, de haber nacido armada y predispuesta a la lucha, Palas Atenea, la convencida pacifista, sólo empuña las armas cuando hay que defender el sagrado suelo propio, pero entonces tiene que recurrir a su padre Zeus, que está siempre dispuesto a acudir en su ayuda y a proporcionarla el arsenal necesario, salvo cuando Zeus declaró su intención de no entrar en el conflicto troyano y Atenea tuvo que recurrir a otro proveedor, para no hacer que Zeus incurriera en la contradicción de ser neutral y armar a su hija, en beneficio exclusivo de una de las partes contendientes. Pero en todos los casos en los que interviene ella, cuando todos los trámites de conciliación se han cumplido y, sólo entonces, una vez que todas las muy ponderadas y sabiamente meditadas propuestas de pacificación se han ignorado, o es el caso que los rivales hayan decidido definitivamente que se prefiere el desquite violento, la hasta entonces pacífica y equilibrada señora, al instante equipada con las armas cedidas para la ocasión por el poderoso padre Zeus, arranca como un huracán al que sólo la victoria, Atenea se lanza a fondo y no perdona a nadie entre sus enemigos, a ninguno, porque se trata de los mismos que han sido responsables de que la paz no sea un hecho.

Su razón estriba, lo diremos otra vez, en que le cielo, el eterno, la ha responsabilizado de la defensa ultranza. Atenea es la representación de la victoria final, no sólo una deidad del combate entre los hombres de la tierra, y nada puede detenerla en medio del campo de batalla. Esto no obsta para que Palas Atenea, aunque ella tenga un origen guerrero, no sea luego, con el paso del tiempo, el más benévolo de los jueces y de sus labios sólo salgan proposiciones de absolución, de perdón para los que están siendo juzgados, y contra los que el tribunal no tiene suficientes cargos y, por tanto, no sabe qué sentenciar. Entonces, ante la duda razonada, la gentil dama del cielo se convierte en intercesora para su defensa, en la permanente liberadora del inculpado. A pesar de quedar tan bien definida como protectora del débil, como maestra de misericordia, se dan casos en los que la gentil divinidad convive con otras interpretaciones sorprendentemente opuestas, como el suceso que se narra ocurrió entre Atenea y la doncella Aracne, como vamos a ver a continuación.

No hay comentarios: