HEFESTO/VULCANO EN EL ARTE

MITOLOGÍA UNIVERSAL Capítulo 14, XIII Parte

La iconografía de la deidad que estamos considerando, y de ello hay suficientes pruebas, representa a Hefesto/Vulcano casi siempre con una figura en la que su cojera no aparece por ningún lado. Hasta el punto de que las primeras manifestaciones artísticas del dios pueden dar lugar a confusiones; ya que éste aparece con la figura de una persona llena de fortaleza y con el rostro, por lo general, cubierto de luenga barba. En sus manos suele portar unas tenazas enormes o un martillo pilón.

En otras ocasiones, sus atributos también suelen ser el yunque y el fuego; así aparece en algunas de las pequeñas esculturas de bronce que se conservan en los museos de Berlín, Londres y el Vaticano.

Otra de las representaciones más frecuentes de Hefesto/Vulcano es aquella en la que aparece relacionado con las cráteras, o enormes ánforas, que contenían el dulce néctar reservado a los dioses del Olimpo. También, en ocasiones, aparece representada la escena en la que Hefesto/Vulcano se dirige al Olimpo: su figura aparenta cierta alegría debida al vino que le ha ofrecido Dioniso.

Con todo, la más conocida representación de Hefesto/Vulcano es aquella que aparece en el famoso cuadro de Velázquez — y que se conserva en el Museo del Prado de Madrid — titulado "La Fragua de Vulcano". En el conjunto puede observarse cómo Helios/Sol informa al "ilustre Cojo" acerca de la infidelidad de su esposa Afrodita.

Entre los griegos era muy común representar a Hefesto en sus monedas. Y se le adoraba en algunas de las ciudades más descollantes de aquellos tiempos. En la región de Meandros, por ejemplo, se le invocaba en los diferentes cultos y se hacían procesiones en su honor. Otros centros importantes en los que se adoraba al dios Hefesto/Vulcano eran las regiones del Olimpo.

Atenas y las islas Lípari. La moneda acuñada con su efigie provenía de algunas de estas ciudades.

A veces, también ha aparecido la deidad que estamos considerando mencionada en inscripciones relacionadas con los famosos Misterios y, puesto que la isla de Lemnos es citada en las obras de Homero como uno de los lugares en los que Hefesto moró y amó, se dice que allí fue en donde más arraigo tuvo su culto.

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