EL FUEGO SAGRADO

MITOLOGÍA UNIVERSAL Capítulo 17, II Parte

La misión más importante de una diosa como Hestia/Vesta consta en mantener siempre avivado el fuego sagrado, ya que ello era símbolo de la vitalidad y la fuerza que latía en los individuos y en las sociedades antiguas. Si el fuego llegara a apagarse, algún mal irreparable les sobrevendría.

Por todo ello, la custodia del fuego sagrado era una de las más arduas cuestiones que podían plantearse los antiguos mortales. La diosa Hestia/Venta tenia una gran responsabilidad y, para llevar a cabo, de manera plenamente satisfactoria, su cometido, debería prescindir de ataduras y pasiones. De aquí que, al decir de todos los narradores de mitos, se valorara tanto la exigencia de pureza en la diosa. Esta debía mantenerse virgen por encima de todo. Por ello, una y otra vez rechazaba con energía a todos sus pretendientes, y eso que entre ellos se encontraban deidades tan apuestas como Apolo y Poseidón. Lo curioso es que en todos los escritos clásicos se dice que fue Zeus, precisamente, quien ayudó a Hestia/Vesta a mantenerse siempre virgen y pura. ¿Cómo sería eso posible?, cuando se sabe que el rey del Olimpo era el más mujeriego y enamoradizo de entre los dioses y los mortales. Sea como fuere, lo cierto es que la citada diosa permaneció siempre "ávida de pureza" y mantuvo en todo tiempo y lugar "la vida nutritiva sin ser fecundante" y nunca cometió falta alguna de castidad.

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