CEREMONIAS DE LOS GRANDES MISTERIOS

MITOLOGÍA UNIVERSAL Capítulo 19, VII Parte

A los pequeños misterios seguían los grandes Misterios; éstos se celebraban en el mes de septiembre y lo más sobresaliente de todo su ritual era la ceremonia de las abluciones marinas, de todo punto necesa rias para que los admitidos a participar en la procesión mística de los iniciados de Eleusis pudieran acceder a la purificación y expiación prometidas por la diosa Deméter/Ceres.

La procesión discurría por los caminos de Eleusis y en su largo recorrido tenían lugar manifestaciones diversas. Se entonaban cánticos y se representaban escenas relativas al mito de Deméter/Ceres. Al llegar la noche, se escuchaban los gritos y las voces de los actores y los participantes: así se daba cumplida cuenta del dolor que debió sentir la diosa al verse separada de su querida hija, y al buscarla y no hallarla.

No obstante, el verdadero significado de los misterios se alcanzaba al llegar al pórtico del templo de Eleusis, hecho que acaecía ya bien entrada la noche. Allí se realizaban las ceremonias más cargadas de sentido, puesto que iban acompañadas de enseñanzas doctrinarias y de un ritual verdaderamente chocante. Lo que importaba era dar rienda suelta a la imaginación y sorprender a los presentes con actos más exotéricos que esotéricos, más reales que aparentes. Con todo este ceremonial, relativo a los grandes misterios, los hierofantes pretendían exclusivamente impresionar a los iniciados y hacerles ver la gran complejidad inherente a la búsqueda de Proserpina por parte de su madre —la diosa Deméter/Ceres—, que cambió la grandiosidad del Olimpo por los polvorientos caminos terrenales.

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