APOLO/FEBO

MITOLOGÍA UNIVERSAL Capítulo 10, XII Parte

Lo cierto es que Febo, según nos cuenta Ovidio, es el propio dios Apolo, cuando personifica al Sol. Y hubo un tiempo en que Apolo/Febo se enamoró de la hija del rey persa Orcamo. Llamábase la joven Leucotoe, y cedió a las pretensiones de Apolo/Febo porque éste, transformándose en la madre de aquélla, consiguió sus propósitos de conquista. Cuando el padre de Leucotoe se enteró de que su hija había sido seducida por el dios Apolo, montó en cólera y castigó a ésta por consentir y doblegarse a tan ilustre enamorado. Había sido Clitia, celosa porque no fue elegida ella por Apolo/Febo para formar pareja con el dios, quien puso al corriente de todo al furioso Orcamo. El castigo fue tan severo que, según nos narra Ovidio, Leucotoe quedó enterrada y cubierta con arena:

"Con la noticia, el rey, loco de furor, ordena que Leucotoe sea enterrada viva y que sobre su cuerpo se acumule un enorme montón de arena"

Apolo/Febo quiso ayudar a su amada y por medio de sus rayos se dispuso a abrir rendijas en la arena que cubría el cuerpo de Leucotoe pero, a pesar de su poder, no logró devolverla a la vida.

"Desde la muerte de su hijo Faetón no había sentido Febo un dolor tan vivo", nos cuenta Ovidio.

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