ANQUISES PRESUME PELIGROSAMENTE

MITOLOGÍA UNIVERSAL Capítulo 15, XII Parte

Anquises era un rey guapo y afortunado. Afrodita gustó de él y se dejó caer en su sueño, entre sus sábanas. Parece ser que el inductor de tal aventura fue Zeus, que trastabillaba con los encantos de su posible hija y que quería darle un escarmiento. El caso es que, llegada la mañana, Anquises se encontró con la diosa a su lado, Afrodita le pidió que no dijera a nadie de su presencia y de los actos carnales ejecutados. Anquises prometió cumplir el deseo, sobre todo cuando la diosa rogaba en lugar de exigir o hacerle penar por tal desvarío inexplicable. Pero Anquises no mantuvo la promesa y dejó caer entre sus amigos que ya él había hecho el amor con Afrodita. Tanta fatuidad enfureció a Zeus, haciéndole lanzar uno de sus rayos contra el rey deslenguado.

Afrodita, que también había oído la impertinencia de Anquises y que estaba a punto de presentarse ante el hombre sin palabra, se interpuso a tiempo y paró el rayo con su ceñidor. Salvó la vida a Anquises, pero ya no pudo levantar cabeza en adelante, afectado por el efecto de ese rayo. Ahora bien, a pesar de la desafortunada ocurrencia del rey, el episodio es hermoso y merece la pena ser recordado, porque de este lance amoroso surgió el gran Eneas, que sería cantado nada menos que por Homero para los griegos, en "La Ilíada", y por Virgilio en "La Eneida", para los romanos. Al final, Eneas, transmutado por Virgilio de valeroso príncipe troyano, en héroe fundador del imperio romano, pasa a ocupar el puesto que el destino y la tutela de su dulce madre Venus han preparado para a él: llegar hasta Italia, para dar comienzo a la raza latina, al dominio de Roma sobre el orbe.

No hay comentarios: