EL BOSQUE SAGRADO

MITOLOGÍA UNIVERSAL Capítulo 19, IX Parte

Cuentan las más ancestrales leyendas relacionadas con la diosa Deméter/Ceres que, en cierta ocasión, un hijo del rey de Tesalia, llamado Erisictión —y, por lo demás, temido entre sus súbditos y allegados a causa de sus modos violentos e intemperantes —, desoyó el mandato de la diosa y taló un bosque consagrado a ella. El castigo que le sobrevino fue de tan sutil naturaleza que sólo una deidad pudo haberlo ideado e infligido. Después de innumerables advertencias a Erisictión, por parte de la diosa Deméter/Ceres —la cual se presentaba ante él transformada en una célebre sacerdotisa, con la sana intención de apaciguar su hosco talante—, y una vez que ésta se desengañó ante tanto intento fallido, se propuso apremiarle para que cortara más troncos, pues de este modo tendría suficiente madera para construir un enorme salón de banquetes. Seguro que iba a necesitar Erisictión una gran sala para almacenar manjares de todo tipo. Y es que la diosa Deméter/Ceres le había castigado a tener, continuamente, un hambre tal que ningún alimento pudiera saciarle. Había gastado todo su patrimonio en comida, pero no se había saciado. Antes bien, seguía ansioso por comer cuanto caía en sus fauces; más que co mer, devoraba alimentos. Estos escaseaban ya de tal manera que su propia hija, al verle mendigar y pedir alimentos, decidió recurrir al poder de transformarse en esclava, el cual le había sido concedido por su antiguo amante Poseidón. De este modo, Erisictión pudo sacar beneficios de la venta intermitente de su hija. Mas todos los esfuerzos resultaron inútiles, pues, al final, aquél terminó, en un arrebato de locura, devorándose a sí mismo.

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