ATIS Y CIBELES

MITOLOGÍA UNIVERSAL Capítulo 16, XI Parte

Los grandes narradores de leyendas clásicas nos hablan de Cibeles/Rea, identificándola como diosa de las cosechas, de la vendimia y, también, de todo aquello que se encuentra bajo el primer manto de la corteza terrestre. Es la diosa de las minas y las cuevas que horadan la tierra y, merced a sus enseñanzas, aprendieron los mortales a trabajar y repujar los metales.

Es la única diosa que existe por sí misma y que no había tenido madre, pues ella era la excepcional "Gran Madre"; la que por ello recibía culto en toda la región de la costa del Egeo, desde tiempos inmemorables.

Más aunque se bastaba a sí misma, tal como pregonan legendarios escritos, sin embargo, hubo un tiempo en el que, como los mismos humanos, se vio alcanzada por los dardos certeros de Cupido. Y, así, en cierta ocasión que vagaba por los inmensos campos de la región de Frigia, se topó con la hermosa figura del pastor Atis. Cibeles se enamoró de tan hermoso joven, casi al instante de conocerlo. Frazer, en su cualificada obra "La Rama Dorada", nos habla del tema en los siguientes términos:

"Se contaba que Atis había sido un pastor o vaquero joven y hermoso, amado por Cibeles, madre de los dioses, gran diosa asiática de la fertilidad que tenía su morada principal en Frigia".

Respecto al nacimiento del joven Atis existe, también, cierto misterio, pues los narradores míticos explican que su madre fue la virgen Nana. Esta lo engendraría de forma inexplicable:

"le concibió al poner una almendra o una granada en su regazo"

Cuando Atis muere, se cree que por automutilación, fue transformado en una conífera.

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